Religiones y construcción de paz

Desde un profundo respeto por cada organización religiosa, de su cosmovisión, creencias y manera de comprender el sentido de la vida y del mundo, surge la necesidad de sumar voluntades a favor de la paz mundial.

El interés al interior de cada tradición encierra un gran potencial que cobra relevancia en el diálogo con el otro.

Unidos en un camino de tolerancia, los diversos credos fortalecen acciones que redundan en construir un camino sólido de acompañamiento, a fin de enfentar la violencia generalizada de nuestros tiempos.

Si bien lo que caracteriza a cada religión son sus especificidades y singulares atributos, también existen posturas y creencias que las unen, una de ellas, quizá la más notoria, es la búsqueda de un camino que lleve a sus creyentes al bienestar común.

Esta exposición reconoce una meta compartida, devela que el esfuerzo se ha materializado y es una ventana que rinde homenaje a las acciones que llevan a cabo todas las religiones por la paz.

Iluminar para encontrar el camino hacia la paz

La luz que disipa las tinieblas en el camino es un símbolo universal presente en innumerables rituales religiosos; purifica y es también ofrenda que ayuda a ver con claridad en medio de la oscuridad. La acción de alumbrar deviene una representación de crecimiento espiritual que evidencia el deseo de dejar atrás la confusión y la ignorancia de lo que acontece. El concepto de iluminación implica una experiencia que se manifiesta en un sentido de unidad con el universo, ahuyenta la incertidumbre y esclarece el horizonte.

Anillo de paz y unión

Cada religión cuenta con sus propios símbolos y representaciones identificables. ¿Cómo podría crearse, desde el arte, un nuevo símbolo que las agrupara en su propósito de la alcanzar la paz? La respuesta es esta enorme escultura de 7,5 metros de altura, con la forma de una cinta de moebius, es decir, que cuenta con una sola cara y un solo borde. Creado por Gisbert Baarman, la monumental pieza construida con 36 tipos de maderas provenientes de todo el mundo simboliza la unión y la paz; la unidad infinita de todas las tradiciones espirituales en la práctica de La Virtud. La intención del artista alemán fue lograr la integración entre lo exterior e interior, lo privado y lo público en armonía. Colocada en el borde del Parque Luitpold, en el punto extremo de Ilsen, el anillo de paz y unión fue testigo mudo de la extraordinaria reunión de los líderes espirituales en la X Asamblea Mundial de Religiones por la Paz.

X Asamblea Mundial de Religiones por la paz

El punto de encuentro fue la ciudad alemana de Lindau, que cobijó a los representantes de múltiples religiones en la X Asamblea Mundial de Religiones por la Paz, inaugurada por el presidente anfitrión Frank Walter Steinmeier quien destacó que pese a las diferencias ideológicas los líderes espirituales del mundo están unidos para alcanzar el mismo fin. La disposición al diálogo fue el primer paso dado, siempre en el marco del respeto a la diferencia. En esta ocasión, como se muestra en la imagen, la participación fue numerosa; estuvieron presentes 900 delegados de más de 100 países que se dieron cita con el propósito de reflexionar, desde una perspectiva interreligiosa, en torno a variados problemas que enfrentamos en la actualidad. Entre ellos destacaron la problemática de la violencia de género de carácter religioso y la protección de los lugares sagrados alrededor del mundo.

Mujeres caminando en las terrazas del Santuario del Báb

Esta imagen es altamente simbólica de unos de los actos más representativos de la Fe Bahá'í: la peregrinación en Haifa, Israel, al santuario del Báb. Se trata de un espacio sagrado desde el cual se coordinan todas las acciones a través de la Casa Universal de Justicia, encargada de establecer los esfuerzos globales de la enseñanza que dejó su líder espiritual Bahá'u'lláh, quien manifestó claramente su anhelo de paz; en sus propias palabras: "Aquel que es vuestro señor, el todo misericordioso, abriga el deseo en su corazón de contemplar a toda la raza humana como a una sola alma y un solo cuerpo". Cada año este lugar sagrado es visitado por miles de peregrinos. En la imagen destaca la presencia contundente de las mujeres que encabezan el recorrido guiado por las terrazas que las llevarán al interior de la cúspide del templo a orar en silencio.

SS Dalai Lama y Mons. Raúl Vera

Encuentro entre dos grandes representantes de la fe. La presencia de cada uno de ellos simboliza ya la noción misma de la paz. En su recorrido por el mundo, SS Dalai Lama no busca hacer proselitismo por su causa; “no cambien de religión” es una frase suya que denota respeto por el otro, incluso por los que no tienen religión. Encabezar la resistencia no violenta por la libertad del Tíbet lo hizo acreedor del premio Nobel de la Paz. Sus pasos lo llevan a recorrer el mundo con el propósito de establecer un diálogo siempre amable, tal como queda asentado en esta hermosa imagen llena de camaradería y afecto entre ambos líderes. Su interlocutor, Mons. Raúl Vera López, luchador incansable por los derechos humanos en México y el mundo, en su labor pastoral ha defendido todo tipo de causas. Tomados de la mano, sonríen en complicidad por su búsqueda de una ética universal que no dependa de las creencias religiosa.

Junta internacional de consejeros Bahá'í

En la Casa Universal de la Justicia, en Haifa, Israel, se celebra una Junta Internacional de Consejeros de la Fe Bahá’í. Esta reunión se llevó a cabo con el propósito de promover los diálogos de generación de paz nacional e internacional; debatir sobre el rumbo y las acciones de la comunidad, con el objetivo de expandir su enseñanza que se centra en temas de unidad en la diversidad, igualdad e inclusión. Esta fotografía resulta altamente significativa porque puede verse que la procedencia de los consejeros es muy variada y cumple con una de las máximas de esta religión “…que todas las naciones se unan en una Fe y todos los hombres sean como hermanos; que se fortalezcan los lazos de afecto y unidad entre los hijos del hombre; que cese la diversidad de religión y se anulen las diferencias de raza”. Baháu’lláh

Representantes saliendo de un encuentro interreligioso

De espaldas reconocemos a tres líderes religiosos que salen de buscar caminos comunes de trascendencia. Cómplices en el intercambio de ideas pueden convivir y reconocerse en aquello que los une. Los tres personajes son un Sikh Dharma, cuya práctica incentiva a ver más allá de las diferencias y trabajar juntos por la paz y armonía del mundo; una Sufí musulmana, cuya fe tiene un enfoque que no busca satisfacción en la norma sino en la vida espiritual; y, por último, un Budista Zen que busca la sabiduría más allá de su concepción racional.

El Ritual del Recuerdo de Dios

El ritual del Sema comenzó con la inspiración de Mevlana Jalaluddin Rumi (1207-1273 EC). Se lleva a cabo en México de forma regular, por la Orden Sufí Nur Ashki Jerrahi A.R., principalmente en su mezquita, pero también en otros espacios como el Kiosco morisco de Santa María la Ribera. Dicho ritual representa a los seres humanos en su ascenso al cielo, en su trabajo espiritual: tornándose hacia la verdad, creciendo a través del amor, desertando de su yo como una forma de perderse a sí mismo en Dios, y entonces, retornar para ser un ser humano una vez más. Una característica importante de este ritual es que unifica tres componentes fundamentales de la naturaleza humana: la mente (como conocimiento y pensamiento); el amor (a través de la expresión de los sentimientos, poesía y música); y el alma (por la activación de la vida y por el retorno). El semazen transporta los regalos espirituales de Dios para aquellos quienes están testificando el Sema.

En su amor todos somos uno

En la tradición de la Orden Sufí Nur Ashki se reconoce que la condición fundamental de nuestra existencia es girar. No hay un ser u objeto que no gire, porque todos los seres están constituidos por electrones, protones y neutrones que giran en los átomos. Cada cosa gira y el ser humano vive por el significado de la revolución de esas partículas, por la revolución de la sangre en su cuerpo y por la revolución de los diferentes estados en su vida, por su llegada a la tierra y por su regreso. Contrario a la creencia popular, la meta del semazen no es perder la conciencia o caer en un estado de éxtasis; en lugar de ello, giran en armonía con todas las cosas de la naturaleza, con las más pequeñas células y con las estrellas del firmamento. Moviéndose alrededor del corazón, de la derecha a la izquierda, el semazen abraza a toda la creación con amor. El ser humano ha sido creado con amor, para amar. Mevlana Jalaluddin Rumi dice: “Todos los amantes son puentes para el amor divino. Sí, para aquellos quienes no han tenido una prueba o que no lo conocen!”

Grupo mexicano de danza judía

Anajnu Veatem, “Nosotros y Ustedes” en hebreo, interpreta coreografías que vinculan dos tradiciones, la mexicana y la judía, en un esfuerzo por construir una cultura de respeto a las diferencias, de inclusión, de unión y de paz. Ellos mismos consideran estar instituidos como un foro que ofrece una profunda revisión y renovación de la cultura judeomexicana. En el marco de la Sinagoga Histórica Justo Sierra, los bailarines dan rienda suelta a sus finos movimientos y nos permiten observar y apreciar la diversidad, un principio que nos lleva a convivir pacíficamente. La danza, lenguaje universal, es un puente de unión entre seres humanos, herramienta terapéutica que contribuye al desarrollo humano y promueve el bienestar individual y colectivo. Al flotar en el aire, la bailarina y el bailarín crean el marco perfecto para el símbolo representativo de la comunidad judía: la Estrella de David, que da paso a un torrente de luz que ilumina suavemente todo aquello que circunda a los bailarines.

Conversatorio del Buen Convivir en Golonchan, Viejo

Conversatorio sobre espiritualidad comunitaria en Golonchan, Viejo, Chiapas. Los jesuitas llevan a cabo esta actividad, junto con las comunidades, con el propósito de atender los procesos de fracturación social que promuevan la sanación colectiva y la reconstrucción del tejido social mediante la reconciliación y la búsqueda de caminos hacia la paz. Honrar el vínculo de las personas con sus orígenes, su territorio y su historia abona en la armonía de los habitantes. En oración con una vela encendida que alumbra sus pensamientos, los asistentes a este Conversatorio hacen un voto por la Paz.

Grupo de adultos seguidores de la Fe Bahá'í, Colima

Los hombres que aparecen en esta foto forman parte de la comunidad de la Fe Bahá'í, en Colima, México. Ellos han comprendido que a través del estudio de los escritos religiosos es posible aprender cómo servir a su comunidad. En el estado de Colima, esta religión está formada por miembros de diversa procedencia cultural y étnica, lo que lejos de dividirlos, los integra en una diversidad y riqueza humana. Amigos y vecinos se esfuerzan por difundir las ideas de Bahá’u’lláh y aplicar las enseñanzas para contribuir al mejoramiento de sus entornos y vida cotidiana. Con la educación espiritual como bandera, el esfuerzo se centra en inculcar a los más jóvenes (prejóvenes en su cosmovisión) el servicio a la sociedad para desarrollar una identidad sólida a través de la meditación colectiva.

Ritual del Buen Convivir

Reencontrarnos con los rituales espirituales de nuestros ancestros, en este caso de origen maya, también nos reconcilia con nuestro pasado. Responder a las preguntas ¿de dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿en dónde estamos?, y ¿a dónde vamos? No es fácil. No obstante, a través de los ritos, descubrimos que parte innegable de todas las respuestas está en el contacto con la tierra. Tal como vemos en la imagen, resulta importante colocar la ofrenda correctamente en un círculo de flores con una cruz en el centro tocando su perímetro; también se pueden usar hojas y flores según los colores de cada punto cardinal. En cada uno de los cuatro espacios del círculo se integran elementos que representan la familia, la educación, el gobierno comunitario y el trabajo. Reconociéndonos Uno con la naturaleza, nos reconciliamos en un profundo acto de paz.

Brigada de búsqueda de desaparecidos en Guerrero

Este paisaje provincial de Huitzuco, Guerrero, encierra un hecho profundamente doloroso y representa el acompañamiento espiritual que pueden brindar las diferentes iglesias en momentos de angustia. En la imagen se hace referencia a una celebración ecuménica en la iglesia de Santiago Apostol, para la IV Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas. En la homilía, a la que asistieron más de 200 familiares de desaparecidos y ministros de diferentes cultos, se bendijeron palas y picos para las labores de la búsqueda que pronto se iniciarían. Al término de la ceremonia religiosa, los asistentes marcharon en silencio por la comunidad, portando playeras blancas con la frase “Buscando nos encontramos”. A nivel de suelo vemos los rostros de los desaparecidos cuyos familiares buscan desde la fe, acompañamiento y consuelo.

Oración en el panteón de Tengüecho, Michoacán

Presenciamos, a través de esta imagen, un momento muy especial en la comunidad de Tengüecho, del municipio de Tangancícuaro, Michoacán. Los habitantes del pueblo se han reunido en el panteón para celebrar una oración en la que, recordando las buenas prácticas de sus ancestros, ponen en común aspectos que refieren al ser y quehacer de la comunidad entera. Lo que podría parecer una imagen típica de una comunidad de la provincia de México, cobra valor al considerar que al interior del pueblo tuvo lugar una serie de conflictos por el dominio de la tierra. La situación provocó actos de violencia en los que se perdieron vidas. El acto de fe que se observa en esta sencilla, pero colorida y sentida imagen, anhela, a través de la oración, mejorar las relaciones comunitarias y alcanzar la paz entre hermanos.